SCHEHERAZADE

SCHEHERAZADE
Cierto día, un poeta solitario,
buscaba una musa que le diera un hermoso verso,
que fuera más bella que las ideas que había parido,
que fuera tierna como las palabras que jamás hubiese usado,
buscaba palabras que nacieran de su mirada,
versos que nacieran de su ilusión,
que pudiesen alimentarse de sus besos,
y nunca se empañasen con traición,
que no tuviese que juzgarla por su belleza,
si no por el tamaño y fuerza de su corazón.

Un planeta en un sistema solar,
en una galaxia sin fronteras, un universo,
y aún así, seguir pensando en la belleza de sus ojos,

Frente a él, descansando en su hermosura,
se encontraba Lizz, conocida Scheherazade,
que brillaba con amor, desde el fondo de su alma,
desde el origen de su esencia, sin burdas apariencias,
dispuesta a compartirlo todo,
pues la belleza no hace feliz al que la posee,
si no a quien puede amarla y adorarla.

El poeta toco su reflejo,
cerró sus ojos al mundo,
abrió sus ojos al amor,
miró su corazón,
y escribió hermosas letras en su alma desnuda.
RODOLFO ZAMORA

Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Saludos Rodolfo : Interesante, agradable y especial es su escrito, con sentimiento y pensamiento expresados claramente. Un gusto es seguir sus publicaciones. Le envío mi respeto y amistad.

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Bello e interesante escrito, placentera lectura. Saludos y buen día.

Critica: