EL SUICIDA

De Rodolfo Zamora Corea
EL SUICIDA
Mas que nada, anhelaba la muerte, yo la invite
quería emanciparme del dolor.
Soy de carne y hueso, más no me siento humano,
siento que he dejado de serlo, ya no siento ni el olor,
de la puta que esta junto a mí, ni la mirada del alcahuete,
ni la presencia de todos los vicios, de los demonios y sus huestes,
que han recibido mi invitación en cada momento de mi vida.

El viejo amigo que me observaba con su vaso en la mano,
me preguntó -¿aún quieres la muerte o ya probaste suficiente?
¿Acaso le has dicho adiós a la luz? ¿Cómo puedes vivir así?,
pretendiendo ser omnisciente, omnipotente, con el poder de la vida y la muerte.
¿Le has dicho adiós a la luz? El lado oscuro es distinto para cada uno,
para el cancerbero, los malvados son más digeribles, saben mejor,
si aún tienes residuo de respeto por tu vida,
piensa que una vez extinguida la llama, no habrá más aliento,
forzosamente habrás de marchitarte, lo siento.
Siento que merezco morir. ¿Pero eso hace que me hace malo?
¿Piensas que por comprender lo que llamas bondad... por eso eres bueno?
Soy un espíritu con sangre en mis venas, enajenado, vacío.
No quiero vivir más momentos perdurables y robar de la mañana su rocío.
Rodolfo Zamora