Árbol de Sangre

poema de Rischartz

El caracol es como una paloma,
creador del árbol de sangre.
Aquél que tenga fe
su estructura podrá verle mas no tocarle.

Si no puedes ver,
ve al castillo y sal al patio.
Grabada en piedra estará la clave
que al final del camino se te habrá solicitado.

Hay mundos paralelos
y castillos paralelos,
sólo pocos tendrán
los verdaderos sellos.

Si al pisar la arena un barco puedes ver,
ve hacia él.
En la caja encontrarás
el sendero de verdad.

Si el camino está cerrado,
para preocuparse pronto será.
Sólo aquél que pueda tocar el árbol
de abrirlo será capaz.
Y si eres tú quien lo abre,
lo podrás refundar
cuidando siempre que lo puedan volver a hallar.

Cuando no puedas tocar el árbol
con el caracol tendrás que hablar.
Si no comprende tus palabras,
perdido podrías estar.

Entra al castillo,
si con el caracol quieres hablar.
La segunda de tres bolas
una pista te dará.
¡Ten cuidado!
Te pueden aplastar.

El sendero a los sellos
en el patio real encontrarás.
Portales a otros mundos
deberías en el tuyo manifestar.

Si el árbol quieres tocar
sin consultar al caracol,
sube a lo más alto
de la torre del reloj.

Las palabras mágicas
guárdalas en tu mente,
no querrás que las posea
un terrible ente.
No te preocupes demasiado,
mantengan ésta y otras placas
en un perfecto estado.

Reforesten el bosque
con árboles iguales y otros diferentes
si quieren mantener
aquellas sombras muy presentes.

28/07/2022