En el tiempo final.

Déjame partir sin que nadie lo sepa en una fría y vacía madrugada con alcohol y pastillas en mi garganta veré el amanecer una vez más, contemplare lo que queda en esta vida, estrechare el dolor de los que me conocieron y secare las lagrimas de los que me hirieron, saldrá a la luz lo que en este tiempo en penumbra permaneció y gritaran los llamados a los que nunca prestaste atención, diré adiós este singular día y no quedara nada más que recordar por estas vías.
Las sonrisas duermen en silencio y la verdad se inclina al precipicio, que si no soy tan fuerte como tú lo eres, que si no voy a llegar a la cima de donde tú quieres, calla las lenguas de los que juzgan y apaga todas tus angustias, retira la paz que me prometieron, que si yo hoy ya no vuelvo a Dios no llevare en mi aliento, si en mis días la adversidad vi filtrar por mi ventana, y los cegados de hipócritas palabras se escondieron tras una ley sin raíz ni ramas.
Que si en un accidente yo estuve, y deje caer mi memoria, no es mi culpa el haberlo perdido todo, si mis días se esparcen por los aires, si mis recuerdos hoy escurren en el olvido, y no sabré recordar ni llorar, si un día las pastillas de mi hicieron su voluntad, mis penas a mi merced las deje estar, que si tu una vez fuiste lo que más adore, me dejare divagar en el frio arriba de una azotea, pensare en todas las cosas que no entiendo, y diré adiós a los pequeños intentos.
Dame un segundo de esta noche, no importa el arma que use, no importa que tanto lo implores ya todo está quemado arroja mis fotografías al agua y déjame soñar en una muerte más cercana, déjame perder la batalla que nunca pude ganar, y solo recuerda que yo nunca estuve para ti
Levanta las copas de los acusados y entierra los momentos que invadí, no veles por mí en una hipócrita religión, no sientas por mí lo que ayer dejaste morir, no supliques el perdón que hoy no te daré, piérdete para siempre en esta absurda existencia y déjame dormir entre los laureles de los que si saben creer, déjame gastar lo que nunca tuve, déjame amar lo que hoy he asesinado, y déjame ir en el oscuro y amargado pensamiento que hoy mismo guardaras en el baúl de los que no existieron.