Distorsión y calma

Puedo ver en tus ojos la desesperación de ahogarte con tus propias lágrimas.
Puedo ver en tus mejillas el camino que han marcado cada una de ellas, pareciera ser tan largo como el sendero que te ha tocado recorrer.
Puedo ver cómo esperas que hasta la más tierna brisa te lleve con ella
a donde quiera que vaya, pero duele tanto aferrarse a la esperanza.
Ya no sabemos si nos sujetamos a la vida por capricho o porque la hora aún no llega.
Puedo sentirlo, mi amigo...
Puedo sentir los parpados caer pero el humo que me envuelve no se va.
Puedo sentir lo que sientes porque no somos tan diferentes.
Y sin embargo aquí estoy una vez más, tirado en el piso temblando de miedo sin poder pedir ayuda.
Sólo estoy yo con la luna, distorsionada por el agua, mientras aquella canción suena en mi mente y cierro los ojos esperando a que ella en sus brazos me lleve.
Adiós amigo mío, ya no llores más.
Adiós amigo mío, ya no corras más.
Adiós amigo mío, ya no vivas más.
AR.