El acto

Montañas tersas detrás de esas femeninas tentaciones,
diminuto me siento tras elevar la mirada
para ver esas dos torres que ni la eiffel resulta tan iluminada,
mis manos las suben con exaltación y despiertan pasiones.

Mi barbilla se para sobre la avenida vientre,
mis labios se inclinan a besar su tentativo suelo,
inhalo, vuelvo a nacer de nuevo, alzo el vuelo,
me fundo en ese templo divino, donde lo femenino es permanente.

Esas tersas montañas están cada ves mas cerca de mi,
esboza una sonrisa Diosa que me cubre con su visión,
aceptando y señalándome que hay mas por ahí.

Doy vuelta al templo, llego, liberación al contacto,
vaya montañas tan únicas y tersas,
penetro en su cueva húmeda para proseguir el acto.

Autor: R.H.Perez
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