Noches de hotel.

Yo tenía mis formas de volar, pero jamás había volado tan alto con solo mirar a alguien.
Me drogada.
Esa manía de sonreírme estando perverso, junto con esa mirada baja, firme, fuerte...
Metiéndose en mi interior sin ni siquiera tocarme.
Cada que se paraba frente a la ventana o simplemente recostado en aquella silla sobre las ropas sueltas y el caos que se ocasionaba, mi mirada se perdía.
No lograba concentrarme y el cuerpo reaccionaba.
Él y el humo provocado por su marihuana eran la escena de un crimen perfecto del cual yo era cómplice.
Me daba más de lo que yo quería y yo aceptaba gustosa.
Y fumando su hierba, yo le hacía lo que a él más le gustaba.
Uno, dos, tres golpes y entraba aquello de lo que no podía escapar.
Uno, dos, estando sobre mi, me fusionaba.
Que manía la de él de colocar esas manos bien hechas, que solo calientan y aprietan y que manía la mía de recorrerlas por lo prohibido.
Bendita su manera de fumarse la hierba y qué rica forma de volar con él.
Lo nuestro era amor consumido por su hierba y sus letras.

Comentarios & Opiniones

Siruposa Tinta Mexicana

Saludos. Un tema que no había leído ppr acá.

Critica: 
Jhusun

COmo dice Adriana, un tema poco común, pero muy bien logrado por ti. Y además necesario de NO DEJAR DE TOCAR!!! Saludos de poesía para ti!!!!

Critica: 
Pétalos caídos

Muchas gracias! y sobretodo por el hecho de que les haya gustado (:

Critica: