NIÑA DE MIS CAMPOS FRESCOS

poema de René Valdés

Niña de mis soles
De mis fronteras, de mis aires
Tú eres lo más antinatural que hay
¿Quién puede amar a un bienhechor sombrío?
¿Quién, sino tú, puede desparramarse?
¿Quién puede empuñar la ternura de un orbe extinto?
Hay en tus auras una fábrica de chocolates
Y en tus ojos la clemencia del malandrín
Que salta de las dunas de las manos frías
Para robarle una respuesta
A los enigmas conmensurados del amor solemne.

Niña de mis maldades verdes
De mis buenas intenciones, de mis caprichos
Tú eres lo más infrecuente que hay
Vive en tu boca de cerezo la primavera entera
Y en tus ojos de luna llena un lobo estepario
¿Cuántos océanos caen de tus manos incipientes?
¿Hay vida de locos en tus pequeñas muertes?
¿Sufren tus maldades con tus juegos de niña chica?
A mí se me caen los silencios de las manos
No por llamarte
No por mirarte
No por vivirte
Basta sentir tu extravagancia de mar costero
Para callar mis aulas llenas de dudas muertas.