Aún vives en mi alma.

Te he contemplado en mis días lejos de ti,
He caminado con el aroma que dejaste en mi piel, Me he cobijado con tus caricias en mis sueños, Has deleitado mis oídos con el eco de tu voz, He conversado con tus palabras que viven en mí, Al final he llegado a la hermosa conclusión, Que tú, ¡amor mío!, no te has ido, Razones tengo de argumento al decirlo, Que aun sigues en mi alma y corazón, Aun escucho tu respirar, vivo de tu aliento, Siento tus manos en el aire con la brisa, Tus besos en el roció de cada mañana, Pues aun te abraza el recuerdo de ayer, Es mí ser que reclama tu esencia,
Mi cuerpo quien anhela tu presencia, Pero es mi boca que aclama tus besos, Pues no quito tu nombre de mis labios.

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