Condenado

poema de pvillaru

Diez años de encierro
para este corazón condenado a perpetua,
para esta alma que con calma observa
en silencio al destino como a una silla eléctrica.
Una inyección letal para todas mis ganas,
empotradas al hastío de una situación sin tregua.
Una condena de horca
para mi beso que mató el tiempo en tu espera,
una guillotina certera
para lo que no pudimos ser
y una cita con Pavlov que quiere ver
como se condiciona mi más profundo yo
cuando tu amor ya no lo desea.