FINJO NO PERDERTE

Vas conmigo a donde vaya,
tengo en mis recuerdos,
tu último suspiro lerdo /
transitas en mi mente
lo ocupas todo y nada,
finjo no perderte /

miro tu retrato cada hora,
sin tí todo es una quimera,
te traería a la vida si pudiera /
intento olvidarte absurdamente
en las noches te lloro a solas,
finjo no perderte /

en mis sueños suelo gritar que te quiero,
desde que partiste en vida muero
madrugo para aplacar mi conciencia,
que me reclama tus besos /
tu boca y tu presencia,

camino por la cuidad sin destino,
discuto con pitucos    con cretinos,
luego vengo a casa y no te veo,
ya a vivir a mi soledad me adoctrino /
para sentir un poco que bizarreo,

aquí solo está la compasión de Dios
que le hace compañia a mi dolor
y esa sorda ausencia de tus reflejos
arribada en nuestra cama /
eh llegado a confundirte en otras bocas
en otros cuerpos /
creyendo ser tu a quién amaba,
eh susurrado tu nombre haciéndoles el amor
pensaba en tì y ya te estaba amando

ahora eh mirado la banca
donde solías sentarte a leer poesías
y recordaba con alegría
que robabas los libros de la librería
y que me lo regalabas
con un gesto dulce que tu hacías /
ahora eh mirado la banca
donde solías leer poesías
y es una honda melancolía
mirarla de nuevo
está vacía
ya no la ocupas tú.
 
Ahora la noche negra a caído sobre mí.

Siento morbos de tu ausencia,
los faros están como los dejaste
y yo estoy agonizando por tì

así me dejaste,

solito con mi soledad bruta
que no sabe hacer compañía.
 
A veces pienso si aun existieras
si por un instante fueras tú de nuevo
y no esa sombra
que me hace decir estas cosas

de seguro que sonreiría con franqueza
si te viera iluninar esta madriguera.

Estoy como un payaso que ríe llorando
llora riendo
y que finge no perderte /

tú te has marchitado como este invierno,
llevándote las hojas secas de nuestros momentos

y la lluvia de esta noche
ha mojado entero a mi corazón

y pienso que estarás tú también mojada
en ese jardín camposanto
volviendote a vivir tan amada /

hay cosas en este hogar que se desvelan al igual que yo,
para volverte a ver con tu sonrisa de siempre

tu mirada predispuesta,
a menudo fue mi luz en este abismo

«Mañana iré a tu sepultura
a llevarte flores,
al ver ese epitafio
mis lágrimas han de diluirse
con el aguacero
de la hierba verde que entierra
a tu herbolaria figura».

Quería mía
extraño verte sentarte en esta banca vacía,
de que te pongas a leer otras vez esas tantas poesías
y de quedarme
así tierno mirándote,
escuchándote recitar como entonces,
que de pronto te invadas de emoción
y me beses como antes
los ojos
los labios
la frente

(pero)
siempre existe ese maldito (pero)
pero tú no vuelves
tú no volverás
(ya no)
nunca más.

Vas conmigo a donde vaya,
tengo en mis recuerdos,
tu último suspiro lerdo /
transitas en mi mente
lo ocupas todo y nada,
finjo no perderte.