Y las mariposas

Él alborotaba las mariposas
de mi vientre bronceado
y adormecido.
De no sentir nada
me hacía sentir todo,
hasta perder
por completo los sentidos.

Junto a él se borraban las tristezas,
los día gris sucumbían en su latido,
mis labios chocaban con los suyos,
bebían suavemente su delirio.
Cambió mis lunes por domingos.
Le dio alas a mi alma
la hizo tocar el infinito.

Y sabiendo
que no podíamos ser nada,
lo fuimos todo;
un solo ser
un solo corazón
una sola alma
y un solo camino

Adela Castillo

Comentarios & Opiniones

Gui

Muy bonito poema, donde se juega todo; felicitaciones
Saludos
Guillermo

Critica: 
lugomas

Expresivo,sentimental.Saludos con afecto

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