viejo demente

La música suena como la recordaba,
Algunas duelen pero hay canciones olvidadas,
Aun provocan golpe en el piso o palmadas,
Ahora canto lo que antes me irritaba.

No es necesaria tu presencia,
No debes imaginar nada extraño,
No es necesaria la anestesia,
No pretendo hacerte más daño.

Aquí dejare la forma de mi cabeza,
Pensé quitarme el casco,
Pero es mi única defensa,
Eso y lo que en mis pulmones atasco.

La barba se vuelve incontrolable,
En otras batallas solía rasurarme,
Ahora me siento detestable,
Tanto que no puedo ni verme.

Sé que es difícil soportarme,
Un día digo algo completo,
Pero amanezco siempre deforme,
Olvidándome de aquel concepto.

Deberías ver mi cabello,
Esta más blanco que nunca,
Largo y esponjado, sin cuchillo,
De nuevo llegara hasta la nuca.

Deberías verme,
Ahora no importa nada,
Solo pienso joderme,
Vivir con mi camarada,
Buscando desvanecerme,
Entre líneas malcriadas,
Intentando convencerme,
De acciones pasadas,
Para poder conocerme,
Dentro de vidas actuadas.

Aquí hare una pausa esperando no cause algún inconveniente,
Observo todo lo escrito volverse insuficiente,
Recitándolo con mano en pecho y sombrero en la frente,
Ofreciendo reverencia al aplauso de la gente.

Pero esto se vuelve inquieto cuando te pienso,
Se vuelve eterno cuando escribo,
Solo trato de volverme objetivo,
Cuando escribo que existo si te pienso.

Y por qué no conservar este texto apresurado y fuera de lugar.
Así confirmo que no es actuado o motivo de chingar.

Esto es como cantar sin saber escuchar,
Todo lo que escribo es para confirmar,
Que te di todo aunque parecía faltar,
Lo que viste fue lo único que pude recuperar.

Lamento no haber vencido al miedo antes de conocerte,
Llegaste tan llena de vida e impaciente,
Poniendo pausa al dolor recurrente,
Haciendo algo útil de un viejo demente.

Ahora sé que el miedo estará siempre presente,
Como la ansiedad que te hace temblar,
Recordando que aun estas consiente,
Que el camino tiene un final.