intangibles de nuestra vida

una tarde primaveral de ayuno,
dos hermanos decidieron competir,
ambos deseaban conocer el mundo,
buscando amores hasta maldecir.

destino corrió sin detenerse,
casualidad dio media vuelta,
ambos dejaron de apreciarse
intangibles de nuestra vida.

¡siente! su presencia es intermitente
otros meses aparece molestando,
siempre espero sus días elocuentes
demostrando tu lujuria frente al mundo.

saciada necesidad al llegar tus conclusiones
sanjadas en la tierra con tractores,
insertando en mi cuerpo semillas de viejos humores
buscando que sea simple y trabaje como esos motores.

¡sorpresa! te grita el destino
todo se vuelve en tu contra
demonios incendian tu camerino,
las orugas celebran la victoria.

todo suena a un escarmiento
primordial dentro de la monotonía
disfrutas castigos como regalos,
en cada ruptura, en cada comida.