El gato blanco de lunares negros

De entre las azoteas de lámina y cemento,
Saltando entre ventanas y vecindades
Encajando sus uñas aferrándose al momento,
Buscando lugares altos para contemplarte.

No lo culpes es solo su perspectiva, desde aquel mirador de juguete oculto detrás de barrotes oxidados,
El pequeño gato blanco de lunares negros siempre busca un lugar diferente donde no ser molestado.

El tiempo deja de existir cuando anochece,
Sus ojos siempre observan el cielo,
Le parece majestuosa tu belleza, le impresiona la manera en que el universo te adorna con galaxias en forma de estrellas, le molesta cuando los planetas se te acercan insinuando que desean besarte.

Pasan las horas y el no maulla, adora el silencio provocado por las nubes que forman vestidos para solo enaltecer tu belleza.

Para él es simple, jamás en la tierra encontrará a alguien similar, que desvíe sus días para escuchar una eterna canción,
La tristeza le gana en los días de lluvia o al cambiar de ciclo.

Hoy decides aprovechar que las nubes ocultan el sol, y justo antes de aparecer para todos decides acariciar al gato blanco de lunares negros, quien, al sentir tus manos no para de ronronear,
Le llamas por su nombre y el expulsa una sonrisa digna de una reina de corazones.