VIII

poema de Pirtor

Se levantó, sin espacios ni modos. Miró el primero de los recuerdos. Así decidió obviar los otros ayeres, más no lo pudo encontrar. Se perdió en el infinito, vió la oscuridad del tiempo, y por fín habló.

Se fué sin una respuesta final, no rió, no lloró, no se lamentó, solo lo hizo y ya, se fué. "Nada más queda por hacer", eso dijo. Asi le ohí, nunca lo entendí hasta hoy. Ahora ya sé por qué lo hizo, ahora cuando yo también decido irme.

Fueron siete días, fueron siete noches, el ya no está, se fue, no nos dio recuerdos, no nos dio tiempo, no nos dejo varados, solamente se fué. O eso me gusta pensar.