El desierto

Tu mente es el desierto,
tu cuerpo son las dunas,
tus hombros las palmeras,
tus besos los ríos presentes… y ausentes.

Tu mente es el desierto extenso y misterioso,
no porque no tenga nada, es que hay de todo;
porque no permite cualquier viajero,
porque su calor incinera,
porque sus vientos congelan.

Porque es hermoso en las tardes,
pero asesino de noche,
y con tus oasis, tu ternura,
es benevolente de día.
Después de viajes, vividas las aventuras,
luego de pasear por las bellas dunas.
Pasada la zozobra queda la dicha,
después la arena queda la duda,
pero después de ti no queda nada.

Tu mente es el desierto donde vagan mis pasos,
tu hombro es la palmera donde reposa mi cabeza,
tu oasis es donde vivo, mas no donde me quedo;
prefiero andar y conocer…
Correr por las noches, helarme y arder.
Algún día volveré a la tranquilidad,
algún día admiraré todas las dunas ya de mil historias cubierto,
pero si en tu mente me muero…
quiero que me entierren en el desierto.