Silenciosa llegaste a mi

poema de Eterno

SILECIOSA LLEGASTE A MI, con el viento
en una hoja de eucalipto de olor a miel.
Llegaste a mí como los rayos de sol,
cálida, abrazadora, sin ser de mí, del día.
SILECIOSA LLEGASTE A MI, blanca avecilla,
con alas doradas, lucero eterno;
en un arco iris, cubierta de sueños,
de primavera, de cielo sin fin.
Ahora te desplazas risueña
entre nubes de ilusiones perennes,
cubierta de ángel, reluciente,
de cariño imperecedero, que dan vida al vivir.
SILECIOSA LLEGASTE A MI, consolación;
y silenciosa te vas de mí, desesperación.
Silencioso fue mi amor que se va en ti.