Revelaciones de su lluvia

Ella negaba el chubasco;
pero sus ojos eran el peso de todas las piedras,
la revelación de la lluvia,
el naufragio.
Sus días eran insomnio,
restos de si misma;
cielos con pájaros ficticios, y nubes perpetuas.
Su mirada era un reloj con la manecilla rota que no marcaba la consumación de sus sueños, ella se sabía río, pero una extraña lluvia le hacía sentir anaquel.