buscando tu nombre

Quiero volver a encontrarme con Esperanza.
En el rellano de mi vida.
Aunque ha lavado tanto ese vestido
que su verde palidece.
Ensombrecida.
Por un negro velo que crece.

Recuerdo a la señora Inocencia.
que me dio las llaves de mi infancia.

Cuando fui un poco mayor
sin quererlo conocí
a Maria Amor.
Nos dimos lo mejor
Y aún estoy impregnado de su olor
Y lleno de dolor
Por perderla y dejarme este sinsabor.

Viví en el interior de mi corazón
Hasta que me encontré
Con Marimar
Y todas sus olas quise abrazar
Cambiaba mucho de humor
De tempestad
A la piedad
De dulzura y ternura
Al odio y rencor
Haciendo naufragar
Su hermosura
Contra las rocas.
Derribando nuestro Pilar.

Amé y sigo amando a Mariñe.
Aunque mi alma se riñe.
con la espina de su recuerdo
Clavado en mi perdición.

Momentos sin parangón.
Semillas de aceptación.
Total compresión.
Frutos de atardeceres con Marisol.
Y amaneceres con una lágrima
en el regazo de su amor.
Provocando un arco iris
Dulce como el anís
Embriagandome de tu licor

Conocí y conozco a Amaia.
Y mi locura nunca falla
en recordarle que es la más bella en esta playa.
Un regalo comparado  con y otorgado
por nuestra madre Gaia.

En este breve instante que es lo vivido.
Lo ínfimo que es lo aprendido.
Quiero pisar mar adentro.
Descubrir ese océano ante mis pies.
Dejar atrás todo revés.

Madame Soledad
Me trata sin piedad
A pesar de su avanzada edad
ella no me quiere dejar.

Pero yo sigo buscando en el libro
de  los nombres.
A alguien que quizás no lo tenga.
Pero será sin duda la que venga.
A completarme y completar este día.
Que poco a poco va oscureciendo.
El sol ya acaricia las cumbres.

Mientas me pierdo en el deseo de que los últimos rayos de sol
escriban ese nombre en mi corazón.