Heridas

Ella me está cosiendo el alma,
Se afana cada día en unir estos pedazos,
Yo le regaló una sonrisa forzada,
Y pueblo mi corazón de recuerdos.

Lo sabe ya que me conoció pegado a la tierra,
Cuando regresaban a sus jaulas mis sueños,
Aún así nunca perdonó una caricia,
Decidiendo pintarme cada parte del cielo.

La otra buscó razones de cama en la fatalidad,
Robándome hasta el desconsuelo,
Pues no dejo de comprenderla y quererla,
Dejando a los demás un espacio vacío.

Hoy he decidido escribirte esta pequeña carta,
Para que sepas que te anhelo,
Aunque todavía no me conozcas,
Que procuraré vestirte con mis besos.

Hoy he mandado al viento esta misiva,
Por si tuvieras en tu cuerpo los remiendos,
Mi dulce desconocida,
Que en sombra del olvido te espero.