Rictus

Oír de nuevo el murmullo
el quejido audaz
el anuncio de silencio;

ruego
plegaria
ronco llamado, y el asombro
como rocío
cubriendo mi desvelo

tan gris, tan tersa, la niebla que grita amorosa
mi nombre se oye
el mío, de miles, ay!

certeza artera,
tan esperada,
tan temida;

como supiste,
como encontraste la llama
el sendero,
la cima;

como aprendiste a capear
temporales y penurias,
navegando mar y épocas,
rasgando la distancia;

como me has adivinado
amando tus anhelos,
cada espacio y cada llanto,
los tuyos,
como gotas de esperanza;

vos llegando,

el tabaco en humo pastoreando ideas
mi ventana como pradera,
mis lágrimas en riego;

de mis gestas sabes,
de mi río marrón;
plateado en el ensueño;

como guiaste la magia,
como hallaste la ruta
hacia el no tiempo,

hacia mis costas,
mis fiordos,

la piel silente y sometida
de esta calle tan sola;

como supiste
que sabía,
que siempre lo he sabido
que todo he visto,

hasta la escasa silueta,
la luna como excusa testigo y el duende

anunciando la eternidad
el regalo de tus manos, abiertas,

los ojos cerrados,
tu voz escrita.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Interesante escrito. Grata lectura. Saludos

Critica: 
Percival Cullen

Muchas gracias.

Critica: