Arista

con el nórdico aliento de los recuerdos
caen despacio las notas,
lentísimo e insignificante llega
el susurro de aguas que,

persas o no,
invaden e inundan la madrugada.

es un precipicio,
lo inexorable de haber transcurrido,
de haber hecho pasos irrepetibles, únicos,
de no tener alternativas hacia atrás.

un precipicio y una caída infame,
los logros apenas han sido ilusión;
los cantos solo un espejo

en el que me he visto tantas veces.