DE PASEO POR PUERTO RICO

Disfruta la puertorriqueñidad de Paseo por Puerto Rico.

En el caribe, Puerto Rico es la isla del encanto
con la nobleza y el llanto de los patriotas que cantan
"Preciosa" como la danza que inspiró a Rafael Hernández,
al Topo y su "Verde Luz" que trasciende las estrellas.

Vigilante en la tierra, el coquí sigue cantando
en la orilla de los ríos, en la humedad del pantano,
en la montaña, en el valle, debajo de las palmeras
y cuando escucharlo quieras pasea por Puerto Rico.

Descubre en el pico de Jayuya, la puntita donde vive la reinita,
el guaraguao, la cotorra, la tórtola borinqueña
y beberás en la peña del chorro de Doña Juana
el agua que se derrama de la espumosa cascada.

Cruza el puente y entre las rocas, se pierde en el cafetal
donde se sumerge entre las grietas que se abren
en las toscas subterráneas de la tierra
la tributaria represa en el lago Guayabal.

El ruiseñor mañanero, que trina como un tenor,
frente a la lluvia o el sol, no le intimida el rocío.
Y en el Puerto Rico mío desde el valle a la montaña,
donde quiera que se baña la puertorriqueñidad deja fragancia.

En la espuma de la cascada del Yunque
y en la bajura del valle, donde crecen los yagrumos,
se levanta la neblina como el humo de la hoguera
y disfrutarás en nuestra tierra la puertorriqueñidad.

Desde el barranco, en la cuesta, sube solo, a la cima del Yunque,
sin la muchedumbre que se queda en las Croabas,
donde las olas se levantan y se pierden en la espuma
de la playa y entre la bruma se consumen en la arena.

Donde quiera que haya plena, salsa y seis chorreao,
tendré en el soberano marcada nuestra bandera
y disfrutaras en nuestra tierra de la puertorriqueñidad.

La puertorriqueñidad es cultura, es un poema,
es la costumbre y la pena, la alegría del borinqueño
al traer en la mano la estrella de nuestra hermosa bandera
y disfrutar aquí, en tu tierra, la puertorriqueñidad.