Damisela

De tu compañía fui el tallo, un dócil comitivo, vestido de antaño
permanece en la cumbre de mi flor alegría, destierra tu raíz y entierra la mía
camina en voz alta por el suelo del sendero de mi pensamiento
atrás del espejo tu sombra y refleja un señero

Permaneces bella y das claridad pura
como cuando un ciego ve en la penumbra
calma y conquista el fragor de mi sed eterniza
agua de manantial inocente a mi voz matiza

¡Ho! tierra de amores eternos y fieles a su conquista
he querido sentir sus migajas como el mendigo en la calle insta
aromatizado pañuelo que de mi mano pende
se alza y permanece donde el tallo lo sostiene

Clamo desde abajo que en tus manos mi cabeza estuviese
por que si bien volara tu cabello manto de mi noche fuese
augurio del sonar de los pájaros das sombra en la vereda
tu voz amanece despacio y acaricia como si brisa fuera

Haz de sentir el sonar de mi mirada
me oculto en la silueta, ves y no ves nada
mi mirar te socorre y por las noches calla
cuando me ves no estoy, solo mi cuerpo se halla.