Los misterios de la vida

poema de diadel

Los misterios de la vida
no lo sabe la muerte,
ni el pasado,
ni los ojos tristes;
soy feliz
pero no me cuaja la costumbre.
Una a una cuento las estaciones,
las sombras tibias,
mis huesos congelados,
la lluvia
y el verano confundido.

La reina calavera me ha tocado
me ha tocado el amor,
me ha tocado la duda,
la satisfacción.

Hay distancia en una idea,
entre la materia y yo,
no hay un vacío,
hay soledad.

He caminado mis pasos
una y otra vez
he avanzado, y he caído…
eran mis pasos.

He derramado tinta azul
y tinta roja,
una cinta delgada
y un hilo de sangre.
He vivido el hambre
y he visto morir la esperanza,
he probado la abundancia
y la he dejado;
si la muerte me detiene algún día
se sabrá sin duda
que no habré llegado hasta donde pude,
habré llegado hasta donde quería.