Mi historia en el calendario.

Hay días que no puedes borrar del calendario.
Se quedan los registros, del amor, de una mirada y de historias cómplices con sus risas y carcajadas.
Fechas que están hechas con un puñado de tu alma.
Guárdalas y atesoralas como un memorial de conquistas, que se note que has vivido y que has intentado a pesar del miedo y a pesar de la incertidumbre y de estar metido en otras cosas.
Seguro es la nostalgia, probablemente es el cansancio que hace ecos de ayeres ya pasados.

Siempre chocamos con charcos y estrellas, navegando entre náufragos y solitarios que cuelgan de una mano sus sueños.

Sumérgeme en esta melodía extraña dónde mi mente puede asimilar de mil maneras posibles el presente que hasta aquí nos trajo y todavía sostiene nuestros hilos atados a la esperanza de que aún no es el tiempo definitivo.
Estamos en la espera con el corazón rebosando sueños.