Angel de cabecera

Su delantal, su mesa de trabajo.
Paciencia del amor sin medida.
Despensa con olor a ajo.
Sonrisa dulce y algo sorprendida.

Valor de seguir luchando en olvido,
Con soledad por pertinaz compañera.
Tantas cartas dadas por perdidas,
Y aves sin regresar en primavera.

Flores silvestres quería ella.
En quehaceres derramaba suavidad.
Tan fácil de captar era su bondad,
Sufrida pero intacta, sin mella.

Conciencia limpia, deber cumplido
Amada abuela por Dios acogida.
Seguiré tus consejos la vida entera,
Recordándote siempre, mi ángel de cabecera.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Un gusto leerte.
Saludos cordiales!

Critica: