El canto perseverante

Una vez más salgo a conversar a mi habitación
y me encuentro.
Solo con las luces de la oscuridad.
Solo con el polvo de mi suciedad.
Solo con mi voz si sale a opinar.
Solo con mis oídos que intentan escuchar.
Solo con la cerilla de la vela que se extinguió anoche.
solo con mis ojos que detestan parpadear.
y solo con mis pensamientos... que, a pesar de todo, se quedan otra vez a cenar.

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