Nostalgia
He vuelto a recorrer los cerros que anduve junto a mi papá, mi mamá y mi hermano mayor cuando era un niño, cerros que recorrimos escoltando a la virgen peregrina. Cuántos dulces recuerdos acuden a mi memoria: el constante bombo y violín resonando en la montaña; los mates cocidos y los bollos calentitos que tanto le gustaban a mi papá; los siete, ocho, nunca sabremos a ciencia cierta, cruces de río en el primer tramo de la peregrinación; los chocolates que me daba mi padrino Ignacio; el ir corriendo por los senderos, como si fueramos cabras, tomando todos los atajos que se nos presentasen, cuando a mi papá todavía no lo aquejaban dolores de rodilla; las llegadas tan esperadas a los puntos de descanso, el recostarnos sobre el pasto mientras escuchábamos el canto hondo del viento e Ignacio nos sometía a sus poco convencionales elongaciones; la vez que nos escapamos para llegar a ver la semifinal del mundial de rugby Argentina-Sudáfrica (nos comimos una paliza, Ignacio se enojo porque lo dejamos solo, mi papá se resintió de sus rodillas, pero fue inolvidable); las misas sencillas y piadosas de Anfama; el frío de la noche y la incomodidad de la carpa; la gente compartiendo un plato de comida alrededor de un fuego fraternal; el cielo congelado y lleno de estrellas que vimos aquella noche en san José de Chasquivil, cielo que no volví a ver; la inmensidad del cerro y su virginal belleza que daba muda gloria al creador; la abrupta y difícil bajada final de las dos mesetas llegando a tafí (punto de llegada); la subida al colectivo cansados y dolidos, pero orgullosos y con el corazón en paz latiendo al ritmo pausado de la montaña. Oh, dulces recuerdos que acuden en tropel a mi alma, dulces recuerdos que me llagan muy adentro y hacen que vierta pesadas lágrimas: el saber que fueron y no serán más, el saberme grande ("cómo se viene la muerte tan callando"); el tener que decirle adiós a ese niño y cargar sobre mis hombros las responsabilidades de la vida adulta; oh, difícil paso a la adultez: ayúdame Padre celestial a darlo con altura, intercede por mí virgencita peregrina de los cerros.
Comentarios & Opiniones
Excelente obra
Muy buena obra, saludos.
Tu obra renace en ternura
Recuerdos en tu mente que se reflejan en lo natural que se pega para siempre.
Saludos cordiales
Me ha gustado mucho.
Beso
Muchas gracias Iara, loco y Silvia