El rey

poema de Nicco Mendi

Vaciló el palacio en un súbito estruendo.
Y cayeron las columnas de jade y mármol
y los ídolos que adornaban el santuario,
roídos por el insaseable hambre del Tiempo.

Cayó el imperio con el hilo de un trueno.
El fuego consumió el laurel y el mirto;
palidecieron las nubes, valles y ríos.
Nada quedó cuando el viento vino a su encuentro.

Soy yo lacayo de la Ignominia y a su merced
camino entre desolaciones sin descanso
ni sosiego. ¿Cuál ha sido mi pecado?
¿Acaso me he embriagado de placer y poder?

¿O es que mis labios han profanado la pureza?
¿Ha sido mi orgullo o mi excesivo hedonismo?
¿La lujuria que bebí del místico vino?
Tal vez sea por prostituir el amor por perlas,

vanagloriarme en mi escaso conocimiento,
mi ilusa sabiduría, ahogarme en las aguas
del narcisismo y nadar en su espejo en calma.
¡Creí haber visto todo cuando era ciego!

Y ahora, que en el rastro pútrido del camino
tortuoso todo lo he visto, ya nada importa;
algo más bello espera por mí en las costas.
Es este mi destino, para esto he nacido.

¡Mi hora ha llegado! Y desde su diván, Astarté
recita trazos plateados sobre la espuma
y las tinieblas se arrastran desde las urnas
negras reverenciando la sombra de mis pies…

Poseo el anillo de la Desesperación,
he dejado el laúd y tomado la lira
y sobre mí yace una corona de espinas.
¡Yo soy el rey! ¡Soy el hijo y el heredero del Dolor!

Comentarios & Opiniones

Malena Solange

Muy lindo tu escrito ♡ Un placer leerte .. saludos

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