Aquella tarde de otoño.

Aquella tarde de otoño
las hojas yacian tendidas
en el suelo, como dormidas
en un profundo sueño,
cual lecho de seco, de ramas,
de maderitas.

Alfombrado de diversos tonos
que lo matizaba,
de verdes que se iban apagando
hasta oscurecer,
para volverse amarronados
aquel atardecer.

El clima era templado,
un tanto agradable,
el cielo de un celeste
sereno y estaba despejado,
todo estaba en calma,
la brisa era suave.

Los arboles casi inhertes
despojado ya de sus hojas,
pero seguian siendo hermosos,
seguian siendo fuertes.

Las sombras de aquellos hermosos
robles se extendían hacía lo
lejos, parecían brazos extendidos
que llegaban hasta el cielo.

Qué más puedo decirles?
este es un breve relato
de lo vivido aquella tarde,
de lo hermoso de aquel
ocaso.