Rodaja de cielo gris

poema de David Morel

Rodaja de cielo gris,
de tu arboleda, en medio.
Luna opaca dormida de mosaico,
bajo la tarde azul.
Redondo espejo del centro
en el marco de tus cuatro ochavas.

Y ascienden a entre las ramas
los mástiles pintados de silencio
y en sus cimas duermen ahora
las luciérnagas de las farolas,
que desperezan al abrir la noche,
y sobre los mástiles
imitadores de la noche abierta
flotan luminosas
entre las verdes hojas,
y las traslucen con su luz rabiosa.

Todo a esto resulto ajeno
plaza del pueblo.
Tus adoquines coloridos
el matiz de tus ladrillos,
trocados en mosaicos
y en cemento.
Y sin los globos blancos
de tus bajas lámparas.

Y sin mis recuerdos
que a tu arquitectura confiaba.
Y de pronto en el rostro
de las gentes que hoy te habitan
hallo que es de ti otro lugar
y que soy otro.

Antes de antes tu faz distinta.
El busto de una madre
con su niño en brazos
solo queda
de la infantil memoria.

Cambiaste conmigo.
Cuando en tus lomas
sin canteros rodaba
éramos niños.
Mi adolescencia a la par
con tus adoquines fue,
y con tu fuente.
Ahora te vuelves gris
y mas vacía
como las primeras
cenizas de mi frente
como mi vida.

Pero es mentira.
Solo yo envejezco
solo yo me voy.
Vos te quedas, vos renaces
con la nueva juventud,
como así una vez conmigo.