LAS DECISIONES

poema de Monik

El corazón duele cuando la vida golpea, el alma sufre cuando llora el corazón y el cuerpo duele cuando el alma está sufriendo, porque el sentir es parte de cada ser vivo, las plantas, animales y humanos nos volvemos frágiles cuando sentimos.
Con el tiempo las heridas van cicatrizando, los dolores van cesando y las cosas vuelven a su lugar, porque los sueños que antes eran, con el tiempo vuelven a ser, las metas que antes estaban con el tiempo vuelven a estar, los amigos que antes abandonaste con el tiempo te empiezan a hacer falta.
Las decisiones nos acompañan cada segundo de nuestras vidas, si lloramos o reímos es porque lo decidimos, si ganamos o perdemos es porque lo decidimos, si nos molestamos o acatamos es porque lo decidimos, si amamos u odiamos es siempre nuestra decisión.
Y es por causa de nuestras decisiones que el corazón duele cuando la vida golpea, porque el amor “bonito” que decidimos amar se vuelve desagradable, porque el amor que parecía sincero resulto siendo tan solo una máscara.
Y es por causa de nuestras decisiones que el alma sufre, porque los sueños se han visto rotos, sueños que decidimos compartir con alguien que no soñaba igual, porque las ilusiones se han visto opacadas y los sentimientos se han visto destruidos, aquellas ilusiones y sentimiento que decidimos entregar a quien no se merecía.
Y es por cauda de nuestras decisiones que duele el cuerpo cuando el alma está sufriendo, por el amor que una vez tuviste y que hoy ya no existe, porque decidiste poner tu felicidad en manos de él, por los amigos que dejaste por seguir un amor que hoy te ha dado la espalda, por la familia que siempre estuvo presente y por una mala decisión lograste que hoy estén ausentes.
Es cierto que las heridas con el tiempo van cicatrizando, los dolores van sanando y las cosas vuelven a su lugar, sin embargo es muy difícil que los corazones heridos se vuelvan a entregar como antes de sufrir.
Pero los sueños, las metas y los amigos, son cosas y personas que nosotros decidimos seguir, conquistar, tener y amar, que nos costaron mucho que sean nuestros, y si con el tiempo todos ellos vuelven a ser tuyos, entonces aferrémonos a él para poder seguir y a Dios para no volver a quedarnos.