EL MOMENTO DEL AMOR

No es el lugar donde conoces al hombre que amas, no es el perfume que usa o la ropa que lleva, no es su sonrisa divina ni sus labios coquetos; no es el color de su pelo, ni la profundidad de sus ojos.
No es la música que les gusta o la película que prefieren, no es el color de su pelo ni su cara bonita, no es lo que existe alrededor de los dos ni mucho menos el ambiente, haga frío o calor y no es la imagen de los dos juntos como si fuera una foto perfecta lo que hace hermoso al amor.
Es el momento en que ocurre lo que lo hace hermoso, sin importar la edad que se tenga o las prohibiciones que nos pongan la magia que existe en ese momento es mucho más importante que cualquier otra cosa; sin importar el tiempo que dure esa magia o los momentos amargos por lo que se tenga que pasar, cuando llega esa momento no hay ni habrá una sensación más divina en el hombre.
Hasta el corazón más insensato, calculador o rígido, llega a transformarse de manera divina cuando le llega su momento de amar; los sentimientos más impuros e indignos pierden la batalla cuando les toca enfrentarse contra el amor.
No es el lugar donde se nos declaran o la música que se escucha de fondo, no es el aroma o la forma de la flor que nos obsequian, no es cuando tenemos al sol o la luna como testigos de la declaración, no es el campo o su penetrante color; es simplemente el momento del amor lo que lo vuelve especial y maravilloso, es su momento lo que lo hace divino y hermoso.