LOS BESOS ENAMORADOS

LOS BESOS ENAMORADOS.

Tan romántica como las notas acariciantes de la música, como el bello recuerdo de aquella niñez ingenua en la viví ciegamente enamorado de ti, cuando mis traviesos dedos acariciaron tus manos por primera vez y mis ojos veían tus labios fogosos y aquel hermoso cuerpo.
No cabía en mí un ápice de tristeza, ni pasaba por mi mente una decepción futura, solo sentía que mi sangre corría más rápido por mis venas; la música seguía fluyendo y tus ojos recorrían en templar de la gente.
El olor de aquel indescriptible perfume, todavía la presiento en mis manos al cuando acariciaba las suyas; todavía éramos dos jovencitos ingenuos y enamorados que queríamos consumarnos a besos locos y apasionados.
La rumba seguía y sólo veía tus ojos coquetos que me enloquecían de pasión; en fin así era nuestro destino indescriptible hasta aquel triste momento en que pareciera que una brecha nos separaba en final de todo.
Para qué llorar cuando ya no hay lágrimas, cuando el cariño se ahogó en medio del silencio de nuestra triste separación, cuando aquel romance acabó en medio de penurias tristes, tan triste como las lágrimas de un niño perdido en medio de la oscuridad de la noche.
Déjame darte el último beso y luego cerraré mis ojos sin presenciar tu partida, pensaré que estás conmigo aunque ya estés muy lejos; la cuna de tus recuerdos estarán siempre llenos de melancolía, de pasión y de caricias ciegas como nuestro amor mismo.
Hoy te vas y quizás para siempre, como aquella tarde triste en que acaricié tus manos y besé tu carita triste, como aquel día aciago en que jamás volví a verte.
Cómo quisiera volver a verte y volver a mí aquellos felices momentos antes de decirnos adiós, tal vez en la cuna de tu corazón no haya recuerdos como los míos, pero nada importa, el sello de mis besos serán inconfundibles en la pasión desbordada que un día imprimí en los suyos.