Anea
poema de Merluna

Cuando amanezca,
ahí en la puerta, madre mía,
estaré sentada,
en esa silla de anea,
la que tanto te gusta,
la que usas para mecerme
como a una muñeca.
Y, en la que me cuentas,
esas historias que tú sabes
de personas buenas,
las que, tú, conoces
en tus viajes
a esos países
donde viven niños y niñas
abandonados , sin estrella,
donde nadie llega a verlos,
donde nadie los alimenta,
donde nadie los besa.
Y, así, pasas tus días,
cuenta que te cuenta...
llora que te llora...
Comentarios & Opiniones
Un bellos paisaje de amor y cariño
Saludos poetisa
Gracias Mario Red por tu comentario. Saludos!