Culpable la codependencia

poema de Melisvel

De dibujarnos sonrisas,
y pintarnos las mejillas con tinta enrojecida,

De esperar que llegue el día,
y disfrutar lo que bien nos hacía...

cambiamos la temática,
cambiamos la novela rompiendo las anteriores páginas.

Hoy solo me dibujas lágrimas,
y nos pintamos la piel de morado cruel.

Esperamos el día para volvernos a ver,
y no nos disfrutamos como ayer...

estamos estancados en repeticiones dramáticas.

Ya no amenecemos con besos,
solo despertamos rotos y doloridos por el nocturno suceso.

Cada quien enfrenta diferente...

yo junto los pedazos y controlo que tus estampas no sean visibles ante la gente,

vos me interactuas como si nada hubiera pasado y me obligas a olvidar que también puse mi arte en tu pecho rasguñado.

Y vas a regresar actuando como el novio perfecto programando que almorzar,

no te vas a retractar ni disculpar de todo aquello que provocó tu falta de lealtad.

Y volveré a llorar,
esperando un abrazo con perdón,
aunque jugué a rechazarlo por la atraganda angustia.

De hacernos escuchar teniendo intimidad,
los vecinos silenciosos aprecian el espectáculo de oirnos maltratar.

¿Dónde quedaste?
Falleciste en ese balcón donde tú amor me confesaste.

¿Dónde quedé?
En la ilusa que te perdono la traición del primer mes.

¿Dónde quedamos?
Si nos tenemos para canalizar la frustración de nuestros malos pasos.

Vidrios de un vaso estrellado,
una pared apuñalada protegió tu abdomen,

el espejo del baño inflamó mis párpados,

miro las sábanas desordenadas que quedaron del sexo apurado que tuvimos por inercia,

consumo mi caja de cigarros como si fuera medicina para procesar nuestra violencia.

Y aún te sigo amando,
Y soy incapaz de darnos por terminado.

Y aún me sostenes,
al igual que tú deseo por otra mujer,

Y estamos en incertidumbre de esperar que no suceda lo que me espanta,
eso mismo que anoche me llevo a golpear fuertemente mi panza,
con intenciones de lograr una perdida espontánea...

tampoco detuviste mis puños,
tampoco acariciaste mi vientre,
me dejaste que lo hiciera como si esa preocupación fingiera.

Siento mi ojo derecho a punto de explotar,
quizás es presión,
o la somatizacion empezó a asomar.

Culpable la codependencia,
que nos vuelve ignorantes,
animales,
inmaduros.

Culpable la codependencia,
que nos deja en terminales con un solo tren a disposición,
rumbo al lazo oscuro que carece de respeto,
que es ausente de amor,
que abunda de insolencia,
que nos mantiene víctimas de la culpable codependencia.