Cuando el olvido

Hasta a escribir me obligó
en búsqueda de algún alivio,
por no aceptar intuiciones el tiempo me sentencia,
demostrando que aquello que visualizo mi cabeza hoy se torno real.

Las personas no ven lo que cuesta cargar con un dueto de sentimientos forjando bipolaridad,
pero más atormentando el gramo de cordura que sostiene mi respirar.

¿Cuando el olvido veré asomar
regalando a mis lectores nueva creatividad?

¿Cuando el olvido me vendrá a limpiar
de toda la basura que me está dejando amar?

¿Cuando el olvido me vendrá a salvar
de el transtorno posesivo por venerar a un ángel de satanás?

Si no es conmigo su camino,
su conformación ni su paz,
si ya mato mis guías,
y oscureció integridad.

¿Cuando el olvido será eso divino que desde un inicio le abrí las puertas a llegar?

¿Cuando el olvido vendrá enseguida a bendecir mi buen destino como recompensa a lo que tuve que soportar?

¿Cuando el olvido será sonrisa enternecida en mi semblante demacrado por haber entregado más de lo que pude dar?

¿Cuando el olvido no hará doler su nombre tan común como en una mesa el pan?

¿Cuando todo volverá a fluir sin tanto estancamiento por miedo a un par de lágrimas y horas de extrañar?

¿Cuando el olvido me refugiará,
renaciendo mi espíritu
mi energía y el valor de saberme merecida?