Si a pesar de los pesares

Si hubiésemos nacido elefantes de corazones rotos
Si el amor no estuviera condicionado por el ruin imperio del acervo
Si tuviéramos abierto el corazón para abrigar rosas astrales como principitos
Si no viviésemos tan apurados para llegar a ninguna parte
¿Por quienes doblan las campanas de Wall Sreet?
Hoscos triviales consumidos por minuto
Impetuoso santiamén de la publicidad
Occidentalizados comedores de carne en lata
y tragadores de sopas de microondas
Tan perspicaces como para desconfiar de nuestros semejantes
Tan soberbios como para no darnos cuenta
que sólo juntos, iguales y diversos,
podremos aproximarnos a la armonía
Si la felicidad fuese un gorrión que sacia su sed cada tarde
en las aguas comunes de nuestras manos
Si fuésemos el abrazo de Guayasamin y no los amantes de Rene Magritte
Si gozáramos de la fuerza de la ternura
Si volviéramos a ser de maíz, floreciendo y sembrando la tierra y los sueños
¿Los hijos del petróleo dejarán piedra sobre piedra?
Viscosos, bituminosos, no renovables, ostentosos, contaminantes
Perecederos, con nuestro propio reloj de arena a cuestas
Si me amaras…
¡Ay, amor!
Si me amaras…
A pesar de lo que soy.