Fiebre

poema de MASK Skonvros

Cuando por fin sentí el primer picor en la garganta,
ya había brotado la primera gota de sudor
justo de la punta de mi nariz a tu lagrimal,
¿qué íbamos a hacer, vos/yo? ¿Parar la cabalgata?

La segunda gota cayó en tu frente, y noté el vapor;
"¡quitate de encima, volá de acá, sucio animal!",
cerré mis ojos y me mentalicé para oír

mas sonreíste sin ni ademán de intentar ocultar
tu ya más que obvio, demostrado agotamiento,
que evidenciabas cerrando ambos ojos con fuerza
y jadeando como si fueras a empezar a hibernar

¡pero ahí llegó: la tos, qué horror, qué horror!,
pobre termostato, ¡ya lo reventamos!
Y solo nos queda el abanicarnos.

Callamos hasta de mirada y pensamos por los codos;
a veces la muerte es un espejo y la vida una soga.

Ni azogando los cristales nos veremos como somos;
que la muerte es un destello y la vida una sola.

Solo quiero que me digas, en promesa y juramento,
que tras baje la temperatura, soltarás mi mano,
que la muerte es un destello y la vida una sola;
no querrás pasar ambas con grilletes en los talones.

Cuando se abran las puertas y matemos al virus,
sortearemos caminos y botellas de licor.

¡Solo quiero que me digas, sin promesa o juramento,
"no es por la alta temperatura, yo en verdad lo siento,
aunque la vida sea una soga y la muerte un destello,
penderé de ella contigo, los brillos no me hipnotizan";

cuando se abran las puertas y matemos al virus,
tapiaremos las ventanas, beberemos el icor!

Como vino, se fue también esta peste,
dejando un mensaje que era un tanto agreste:
"yo, en menos dosis, vuelvo por osmosis".

Cuando le quitemos las sábanas a este fantasma,
dictaminaremos: de sobrenatural tuvo nada.

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