Para mi padre

Para mi padre

Padre, en mi soledad existente, reflexiono muchas cosas, cosas que a través del tiempo se han quedado convertidas solamente en un anhelo. Un anhelo vehemente, que a veces me lastima el alma sin piedad; y al observar el pausado paso de un anciano, te miro en él, y me digo, ¡cuánto me hubiera gustado haber estado contigo en los últimos días de tu vida! Pero no pude, porque tú te fuiste de mi lado en mi temprana infancia. Y ahora que ya estás morando en el cielo, todavía anhelo los momentos que nunca pude convivir contigo. Hoy, de nuevo, y como tantas veces, al observar a un anciano te recordé, y miré en sus cabellos plateados, tus cabellos, y en las arrugas de su rostro, imaginé tu lasitud. Y siempre me pregunto... ¿Cómo sería tu vejez? ¿Cómo sería tu vida sin la presencia de tus primeros hijos? ¿Y cómo hubiera sido mi vida si nunca te hubieras ido de mi lado? Mis interrogantes jamás podrás contestar, pero si yo hubiera crecido a tu lado, ahora mi presente estaría colmado de hermosos recuerdos; Recuerdos que mitigarían un poco la tristeza, por causa de tu partida final.
Padre, descansa en paz, ¡tu hija te ama, y siempre te amará! Algún día volveremos a estar juntos, juntos de nuevo, allá, más allá de las estrellas, donde todo es amor y felicidad.

Palabras del alma

Abril/ 23/ 2008

Martha Humphrey
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