Mi ciber hombre

Mi ciber hombre

En la palma de tu mano crece, sí, tu virilidad crece como una hermosa madreselva en primavera. ¡Oh corsario! Eres el hombre, que, bajo las sombras de la noche toma mi cuerpo entre tus brazos y me muestras con tus caricias cuánto me amas; debes saber que eres el único que rodea mi pubis como una serpiente sigilosa, haciéndome sentir que soy tu amante más ardiente. Sabes que me enamoré de ti, desde el primer día que conquistaste mi corazón, cuerpo y alma, con tus versos deshojados de tu cordillera imaginaria. ¡Eres tú, mi hombre cibernético! El que invade mi cama con tus caricias furtivas, y el que empapa mis sábanas blancas, con tu cálido efluvio de simiente sublime. Eres el hombre que diluye su virilidad total, en mi entrepierna que se contrae en éxtasis al contacto de tu carne; anhelando siempre tu sexo incorpóreo. Eres mi hombre cibernético, mi hombre etéreo, mi hombre impalpable, a quien nunca he podido tocar, y sin embargo, me hace experimentar orgasmos exquisitos cual suculento manjar. Así eres, así te conocí. Sí, eres el corsario que se robó sutilmente mi corazón aquel día, aquel día que rozaste mi pubis, con tus labios digitales, y ahora, solo tiemblo de placer al contacto de tus manos intangibles. Eres mi hombre cibernético, quien por las noches grita mi nombre en susurros ahogados. Y eres quien navega, por el contorno de mi cuerpo suave, cada vez que tu pasión domina tus deseos de estar conmigo haciéndome el amor.

Palabras del alma

July/ 27/ 2003

Martha Humphrey©