Fluye...

Chorrea el agua espumosa entre las manos
a cada instante elimina contagio en los seres humanos
que iracundamente busca crear barreras de contención
para no seguir proliferando esta infección.
Así queremos todos que el covid-19 se esfume
hacia los arroyos de desechos y que ahí sucumbe
  ya no más en nuestro torrente sanguíneo,
porque no queremos ensombrecer las cifras a diario.
Fluyen los días como lluvia en el tejado
y en las sombras la muerte nos está acechando,
por las calles desoladas deambulan los emisarios,
aquellos que no pueden ser más destinatarios.
Las penas destilan un incienso a puro dolor
que día a día cala en los sentidos un sinsabor,
las horas se llevan consigo la esperanza de vida
que ya no tiene edad, raza, religión, nivel social, ni política.
Somos una frágil humanidad
y el mensaje que nos deja esta crisis mundial de salud,
es que ante Dios; todos somos iguales
tenemos las mismas necesidades básicas.
Vida
Salud
Alimento
Trabajo
Descanso
Por ello debemos siempre dar gracias a Dios
en las buenas y en las malas, todos los días
no solo; cuando tenemos el agua hasta el cuello
como decimos popularmente aquí en mi pueblo.
Y detenernos a meditar
Y agradecer:
Por;
Un día más que el corazón palpita
alegre lo hace al compás del reloj
intrépidamente vive y no se agita,
cuando está lleno de salud y vigor.
El viento corre y nunca se detiene
con el tiempo siempre por delante,
junto al susurro del agua que corre,
en el arroyo de manera incesante.
El aire así lo respiramos
Eso es vida ¡
El agua
“Visible e invisible”
Siendo que la naturaleza es nuestra fuente de vida,
Y como todo tiene su límite, 
Ahora el castigo; a lo mejor es,
haberla aprovechado de manera ilimitada.
Debemos respetar la biósfera
Y no seguir consumiendo la manzana prohibida,
lo poco que nos ha quedado del paraíso
debemos cuidarlo y cuidarnos
hay flora y fauna que no es comestible
y mucha que no debería serlo,
está de más decirlo, 
Lo natural es saludable
Pero, ya vemos que no todo está permitido.
Y en este tiempo de sobriedad 
para expresarnos el respeto y el cariño
ya no podemos darnos ni un solo abrazo
y mantener distancia es una responsabilidad.
Debemos disfrutar más de las sonrisas
ellas siguen siendo ilimitadas
y nos dan esa armonía de la que estamos necesitados,
para serenar el espíritu de tanto desasosiego.