Elegía

poema de Neptuno Heise

Del tiempo que pasamos juntos sólo me queda un vino amargo
y unas lágrimas blancas que boto sobre otros cuerpos
nunca tan bellos como el tuyo, pero que cumplen su función
casi tan bien como la mejor de tus versiones
en el mejor de los putos universos paralelos donde anduve buscándote.
No te necesito… pero te extraño. Ayer como Narciso hundí mi existencia
en el fondo de un espejo,
y tal como las jóvenes fitness me compadecí con falsa modestia
para que me hicieran sentir mejor.

Como un cortometraje que de pronto cobra vida
recuerdo la tormenta eléctrica que llevabas entre cejas,
quemé cada una de tus pestañas con las brasas de mis cigarros
intentando no ver nunca más la selva que se abría en tus ojos,
gran estrambótica, encontré un paraíso en la punta de tu lengua
y te arranqué los cabellos para hacerme una soga,
mientras en la esquina del cuarto un dramaturgo inglés endemoniado
escribía nuestra historia.
Lanzo con mi mano izquierda
una piedra que hace elipses en un lago de agua oscura,
mientras que con mi mano derecha cambio tus gotas de sudor
por las prostitutas más tristes de esta ciudad, esperando
gastar tu regalo en algo que te disguste.

Desde tu crimen te imagino, te imagino cada noche
cara a cara mirándonos desde planos distantes.
Nacimos como bestias y morimos como Lobos… amor
hay una puerta en el infierno que lleva nuestro nombre.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Gran placer la lectura de tu buen escrito, saludos.

Critica: 
Lola Amapola

Me encanta el ritmo y la composición con la que escribes! Enhorabuena;
¡más, no?!

Critica: 

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