“Epitafio de una Noche”

poema de Mario Anonimo

Una Mesa llena de migajas
Una copa vacía
Abierta una caja
Que supuestamente tendría
Algún vino barato
Y abandonado hace ratos
En el piso un corcho añejado
De alguna botella expulsado.

Huellas del tiempo pasado
Sobre un viejo mantel han quedado
Heridas de otras fiestas pasadas
La tela guarda con cariño
Las manchas sagradas
De viejas fiestas celebradas.

Quienes habrán celebrado
Rodeados a ese mantel
Que ahora paso a ser
Un viejo tesoro encontrado
En algún basural abandonado
Por el Poeta y Mendigo.

Un centro de mesa sin motivos
Viejo maltrecho y descolorido
Es la guarida Apropiada
Para una luciérnaga
Que descansa enamorada
Su imposible sueño
De ser ella el dueño
De las luces del Árbol de Navidad
Que maltrecho y olvidado
En medio del basural
Solo y triste ha quedado.

Un poco más allá
De la frontera de la mesa
Hay una rustica silla
Que de tan vieja
Al sentarse ya no se queja
Se le notan las heridas
Que le fueron dejando
El paso de los años y los días.

Un arrumbado fogón
Unas brazas apagadas
Una vieja parrilla gastada
Vacía y llena de herrumbre
Grita la incertidumbre
Y deja a las claras
Que hace mucho tiempo
Allí NO se ha cocinado nada.

Es la Cabaña, La cueva
O la Guarida que por nombre lleva
La Casa Olvidada
Donde habitan
Las sombras sagradas
De los recuerdos del ayer
Que mis ojos no pueden ver
En el doliente gris de la penumbra
En la habitación oscura
De silencios que perduran.

Por eso me gusta andar
Juntando silencios
Soledades y sus piros,
Soy como el viejo nido
Que solo tuvo una primera
Camino por un sendero cualquiera
Sin rumbo ni destino
Soy la madriguera
De los silencios desfallecidos
Soy el grito enmudecido
Que no pudo ser escuchado.

Las Estrellas se han esfumado
Con la llegada del alba
La madrugada en calma
En sus brazos se lleva
A la Luna adormecida
Entre la penumbra del amanecer
Para renacer
La esperanza de un nuevo día.

Los primeros rayo del sol
Como una bendición acarician
El oxidado laterío
De los ranchos humildes
De todo el pobrerío,
Un pedazo viejo de pan
Será su mísero desayuno
Y se van uno por uno
A buscar el jornal
Y llevan su morral
Lleno de sueños muertos
Mañanas y atardeceres inciertos.

Se fue la Noche
Y en brazos de la aurora
Llego el nuevo día
La ciudad comienza a despertar
En un aletargado trajinar
Lentamente todo comienza andar
Desde una esquina se siente gritar
A un canillita desaforado
Las noticias más destacadas
Ofreciendo su periódico
Para estar bien informado.

Los seres de la noche
Comenzamos nuestra retirada
Para nosotros ya no hay nada,
Volveremos a renacer
Cuando decline el astro rey
En el rojizo poniente.

Volverá la gente
Que se confunden en las sombras
Peregrinos, Mendigos e indigentes
Los dueños del silencio
En el mudo llanto de la pobreza
Inundaran las calles
Con su lento caminar
Arrastrando sus tristezas
Sobre el gris empedrado
Quedaran sus pasos olvidados
Por la gente que ya los ha condenado
Y el destino que ya los ha sentenciado.

Me voy a recorrer la noche
Pues ese es mi destino
Soy el eterno peregrino
Una sombra más del camino
Que se pierde en la noche oscura
Soy la vieja partitura
Sin dueño
Que silva el viento sureño
Soy simplemente una estrofa
Una pequeña melodía
Que muere cada día
Con la llegada del ALBA.

Mario Anónimo

Comentarios & Opiniones

Xio

Mario estupenda narración de ese encuentro con los recuerdos,esa nostalgia de noches de fiestas y ya de silencios y espacios olvidados, sólo objetos han quedado de lo que un día,linda obra estimado amigo, siempre un placer la visita, abrazos sinceros

Critica: 
Mario Anonimo

XIO; Mi eterno agradecimiento por vuestras palabras y conceptos para con mis poemas, el placer de siempre y honor recibir las mismas.
Un gran abrazo desde la distancia.

Critica: