Férreos etéreos en estéreo

I

Un aleteo de besos electrizantes atraca en tu ensenada orilla. Los miedos encajonados lucen pandos ya, al ser preso de tu desnudez. El mundo en violentos matices se percude, el alma se limpia en la tormenta sobrecogedora y no somos dueños de nada mas que de lo que redunda en el sentimiento. Nos imitamos, nos extralimitamos y en un lapsus perdurable rayamos al sol y mermamos a las estrellas en una mirada abismal a la danza cósmica.

II

Su cuerpo se oreaba en mi mirada y en la tesitura de la ternura,
Sentía el indómito color del calor de su piel, las nubes grises se alejaban llevandose su carga amarga, en esta treta de carnes prietas y sobredosis de ósmosis diluída en complicidad.
Veía mi cuerpo náufrago entre su ímpetu y fragor, construí mi barca y zarpé arrastrado en su viento en barlovento. Me conmovío hasta los cimientos, escalabamos alternados en un espiral hacia la cumbre, en un vivac de depurado ajetreo, de acérrimos temperados, intermitente y concomitante, con miles de hojas en un vórtice, y un huracán en un abismo, un trueno rompió el silencio y trajo así el deseo de la mano a la creación en un incipiente universo.

III

X

El exógeno saxofón exhibía exacto auxilio,
En exhibición extrema,
En un oxigenado exalto, extravagante exabrupto,
el sexo en éxtasis exuberante explotaba,
y exudaba su extracto, de éxitos y elixires
mientras el axón se eximía de su axis exhalando
en el exorbitante contexto de la galaxia

Eran Convexos, en su extraviada conexión exponente
Extraños en su axioma, ya sin taxonomía
En exquisita praxis, exhortaron su excelencia
Se eximieron de explicaciones,
de excusas, de pretextos, de lo exiguo,
En un esfuerzo extra, se exigieron hasta un explícito exponencial
Se excedieron, óxidados ya,
en un éxodo en explanadas inexorables al exilio.

IV

Los dos amantes, buscan consuelo en el suelo
Pues se cansaron de devaneos en veraneos,
Insunuantes e implicantes,
De impresiones imprecisas
El escueto dueto, impúdico y lúdico, se desgajaba en estrépito y casaban los cuerpos en un impositivo positivismo. (Seremos o enloqueceremos)
Era un delfiladero el mundo entero cuando oscilaban la balanza. Ya no eran presuntos en el asunto.
Sus miedos eran halcones en balcones, batiendo sus alas y alzando el vuelo.
Eran dos islas exhuberantes de frugales matorrales y en pielagos mojados y exacerbados y en un puente de coral, notaban sus más ligeras notas.
Marchaban así en silencio a la vera del camino en conjunción con su naturaleza.
No existía ese lenguaje en la torre de babel.
Por instantes eran animales paranormales, en otros un crisol de dos ideales
Sus ropajes caían raídos a raudales.
Traspiraban y aspiraban al podio.
Por fin veían sus nombres como un paisaje en su piel.
Sus halagos hacían estragos en la tregua.
El roce era un goce prestidigitador.
Sus voces eran ya junglas juglares.
Sopesaban los rayos de sus soles.
La soledad misma era un poema en su miseria, olvidado.
Eran fichas en un tablero, enfrascados en la estrategia del siguiente movimiento.
La tierra caminaba en lenguas de fuego.
Y en un apogeo de la risa quedaron atrapados en cenizas, tiznados uno del otro.
La amaba más allá del tiempo y se perdía en el momento.
Le amaba hasta los pensamientos, en tortura a la cordura.
En indulgencias y pequeñas victorias compartidas.
Era ella irrepetible y para repetir, sin arrepentimientos.

Después de inundar la sabana volvieron al cauce las aguas en el letargo del éxtasis. Los dos amantes ya no eran los mismos, en su crisálida de sábanas.

IV

He aquí nuestra venganza de andar reemplazando lo irremplazable, y aplazando lo inaplazable en nuestro inalienable momento. Que se escuche la tronera hasta las antípodas, allá, en donde en los límites de la percepción, quedemos de una pieza. Aquí temblando en calor y sudando en frío, dejemos que se agolpen todas las ansias en un instante, y por un segundo solo quede una pregunta, y en una respuesta creciente en oleadas y crépitos, sembrar en tu sustrato, saber que asimilaste el mensaje, y que eres tapiz de mi firma aqui y siempre.

V

Se cuece el alma en lozanías
aval de dos desaforados
Sea en rituales maniatados
Sea en exhortas profecías

Camaleónica transmutación de prioridades
Se desviven en reflejos tautativos
En elíxires que aguzan los sentidos
Aquelarre de pequeñas sociedades

Hasta aquella profusión dejo de calma.

IV

Primicia

Henos aquí una vez mas
ataviados de ansias
y fragancias

Dejemos el nido
entretenido
yascamos entretejidos
en sendos quejidos
y persigamos al ocaso
en gigantes diez pasos.

V

Perder el equilibrio
andar dando tumbos
hasta caer
y en la cohesión del resquicio
perder un poco el juicio

Ven con tu carnendoléstico donaire
a la envolvente cenital
del cadencionso fragor

Tómame hasta la mente
en este cordel que va
de la premura a la ternura

Dejemos deshecho el lecho
en estrecho y pertrecho trecho al techo
entrego mi afrecho derecho
pues de hecho te tengo en mi pecho

Échale al cuento mil colores
Exorcisa los dolores
rosa tu cabello como brisa
Es una brisna que acaricia
en devenir de peticiones
va el amor y sus bastiones
atribulando por mas

Finiquitemos el asunto
hasta que el asunto nos finiquite,
en un desentendido distendido
estridente y convergente
de paraiso fungidos.

Partamos y compartamos
que en este viaje
somos a la vez
el viaje y el destino.

VI

Dejate llevar

Discurren las vestimentas
hacia un cielo invertido
reluctantes se aferran
los vehículos corpóreos
mientras el alma vuela
libera sus alas
desatan aquel
universo dormitado
de emociones
navega el hipocampo
en palacios
de sensaciones
escinden su luz
traen su bengala
funden sus almas
en un sólo interludio
en oda a la dualidad,
hasta la inevitable
dicotomía.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Simplemente exquisito¡
"Se cuece el alma en lozanías
aval de dos desaforados
Sea en rituales maniatados
Sea en exhortas profecías"
Reciba mis cordiales saludos

Critica: