EL RIO

poema de MANUEL

Cuatro personas me asfixian
Sobre mis cuatro puntos cardinales
Este vagón repleto me inmoviliza
Y despierta la añoranza
De estar tan lejos de aquí
De volar feliz a las orillas del río
Que imaginaba en mi infancia
Cuando yo era en él un valiente capitán
De una balsa blanca, pobre y de papel
Que navegaba siempre sufridamente
Contra la humana y fluvial corriente.

Y ahora pienso que la vida ha sido eso
El navegar, llorar, soñar y amar
Sobre un río donde flotan relojes
Calendarios y coloridos disfraces
Sobre aguas torrentosas
Sobre cántaros celestiales
Y sobre lo que me cuesta olvidar
He visto mil estrellas y un sólo lucero
He vivido dolores propios y también ajenos
He respirado hondo el olor a fracaso
Y sé como sabe el amargo sabor de las lágrimas.
Y si la vida me enseñó mucho
Aprendí bastante poco
Ni siquiera a saber quien soy
Pero no puedo ser otro
Que aquel que debiera ser
El tiempo pasa de prisa
Como las luces de este oscuro túnel
Que veo ahora por la ventana
Pero el tiempo no pasa ni se queda
Es uno el que pasa dejando huellas
Y son los demás quienes pasan
Dejando huellas en uno
Para bien y también para mal.

¿Cómo resucitar a quienes ya no están?
Y no hablo tan sólo de muertos
Me duelen más las muertes
De quienes aún siguen vivos
Y me encadenan a recuerdos
Que me aman y maltratan
Y me obligan a atesorarlos
Aceptando que cada vez que los tome
Sus espinas me clavarán más fuerte.

Tengo un amigo que murió
Tengo dos hijos llenos de vida
Tengo miedo a la partida
Que algún día emprenderá mi corazón
Y no podré querer tanto
A tantos que quise en los días de mis ríos
Cuando me albergaba el bendito manto
De la vida joven y quinceañera
Extinguida hoy ya casi por entera.

Recuerdo que un día me hice hombre
Y comencé a ciegas un camino largo
De trabas, noches, penas y alegrías
De soñar con aquel bendito día
En que vistiera camisa y corbata
Dejar la pobreza de ratas
Y llevarle pasteles a la abuela María
Y ese sueño que en mi alma ya existía
Me alejó de los amigos más queridos
Esos que jugaban conmigo a pleno sol
Y me duele asumir que los he perdido
Y esta pérdida que siento y sentí
Hace que también muera una parte de mí.

Hace unos días fui a mi barrio de infancia
El viejo almacén ya no existe
Las canchas de tierra y piedras
Son ahora nidos de basura
Y de hombres que bailan con la vagancia
Y son felices gracias al pegamento
Ahora ya no pasan ni las micros
Y hay que caminar hacia los colectivos
Sólo queda la ahora deteriorada botillería
Con los mismos parroquianos de hace siglos
Los mismos que me vieron nacer y crecer
Y que ahora ni siquiera me reconocen
Y me convenzo y sigo creyendo
Que de seguro estoy envejeciendo.

Hace tres estaciones que debía bajarme
Pero mirarme a mí mismo
Ha sido lejos lo mejor de este gran día
Y no cito a mirarme en los espejos
Que muestran mi cara a orillas del vagón
Miré todo lo que hace años no había visto
Volví a viajar a donde viajaba cuando niño
Qué más da retrasarme y ver malas caras
Si total ellos no saben ni sabrán nunca
De mis ríos y mi alma de aguas claras
Ahora me voy a atender el mesón
Con harto desgano pero necesito la plata
Y confieso esta última triste pena mía
Que nunca he usado corbata
Y nunca le llevé pasteles
A la fallecida abuela María.

Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Son sus letras una especial muestra de sentimientos, recuerdos, pensamientos, de agradables imágenes y con cierta tristeza y autorreflexión. Grato leerlo. Saludos.

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