EL FÍN DEL CAMINO

EL FIN DEL CAMINO
Un día,
el corazón se queda sin camino.
Turbado se sienta frente al precipicio,
sin saber que hacer.
Podría dejar de latir,
o buscar un nuevo motivo para seguir haciéndolo,
aunque cansado, se pregunta si valdría la pena.
Un día el tiempo se sienta junto al corazón,
dibuja minutos que,
dibujan segundos adormilados.
En el suelo del espacio, pintan las piedras,
imágenes de las épocas en las que,
ambos saltaba precipicios.
Ahora se miran y sonríen tenuemente,
agotados y sin fuerzas.
Estirados en el suelo,
duermen sin reprocharse nada,
tapados por la extraña niebla de la memoria.
mabel escribano
d.r.
imagen: google