Ente

Poco a poco fui imitando tu estilo de vida.

Sin darme cuenta te volviste mi rutina mas exhausta.

Te di todo lo que un dia fueron temores a confiar.

Creciste en mi y te convertiste en mi dulce mal.

Poco a poco me hundia, envuelta en el juego de tus miradas.

El camino hacia el vacío lo adornaste aventurado e incierto.

Reconozco que fui ingénua y el fluir se adueño de mí.

Poco a poco mientras me undia te desvanecías.

Las voces de advertencia que oía se transformaron en mi mayor deseo de escuchar.

No es hasta que toco fondo, y me percato que me encuentro en una mina y me falta tu calor y compañía.

Capto que no me encuentro sola.

Pasa que conmigo anda una criatura indefensa, preparandose para enfrentar la raza humana.

En este momento tan vigoroso, tu hombría mostró que se fugo con la ilusión que hiciste crecer en mi corazón.

Al pensar en ti, siento la rabia fluir en mis adentros y esconderse detrás de mis ojos.

Tu persona se encuentra lejos y ocupada evadiéndome por esto ignoro mi sentir.

La locura y el olvido son tu complice, se que aunque te lleguen estos sentimientos escritos persistirás viviendo en otro planeta.

Por mas que me satisfaga juzgarte no puedo, me encuentro vulnerable y en un estado desastroso.

No soy capaz de enfrentar el gran reto de formar un ser.

La ciencia mas admirable que se elabora en una mujer no la viví.

Al contrario, tome acción a seguir la ciencia creada por el hombre y siendo así cometí el pecado mas imperdonable en mi vida.

Viví la destrucción humana en mi vientre.

Esa que pintan como una opción aliviadora y legal.

Las palabras "asesina" y "cobarde" se trazaron en mi frente.

Y por consecuencia, tu locura allego a mí; no por ti, sino por la acción a la que recurrí.